fecha de respuesta: 21.11.2024
El arraigo laboral reconoce a un extranjero que, tras al menos dos años en España, haya mantenido una relación laboral demostrable de al menos seis meses. Esto implica que, aunque estuviera en situación irregular, haya constancia de haber trabajado y cotizado o tener una resolución judicial reconociendo la relación laboral. Al acreditar estos datos, se concede una autorización de residencia por circunstancias excepcionales. A diferencia del arraigo social, no se exige contrato futuro ni informe de integración, pero sí probar los dos años de estancia y la relación laboral mínima. Suelen usarse denuncias a la inspección de trabajo o sentencias para acreditarlo.