fecha de respuesta: 02.01.2025
Si el importador no retira o despacha su mercancía, o no paga los derechos, pasado un plazo, la Aduana puede considerar esa mercancía abandonada o embargada y sacarla a subasta pública. Se anuncia, y los postores pujan. El adjudicatario asume ciertos trámites y paga el precio de remate, con el que se saldan las deudas aduaneras, y el sobrante (si lo hay) se entrega al propietario original. Estas subastas pueden ofrecer productos a buen precio, pero el comprador asume el riesgo de verificar la calidad o si requiere licencias. A veces se ven subastas de vehículos, electrónica, textil, etc. Requiere cumplir la normativa de importación si no se había finalizado el despacho.