fecha de respuesta: 15.12.2024
Generalmente, la clientela se entiende asociada a la marca y a la red, por lo que, tras el fin de la franquicia, el franquiciado no tiene derecho automático a retener esos clientes ni usar la misma marca para seguir atendiéndolos. Sin embargo, si ha cultivado relaciones personales, nada impide que ciertos clientes le sigan voluntariamente. Todo depende de la fuerza de la marca y la cláusula de no competencia. Si no se pacta otra cosa, la clientela es considerada un activo intangible del franquiciador y su red, pues la lealtad del público suele basarse en la marca y el sistema empresarial.