fecha de respuesta: 02.12.2024
Los tribunales han empezado a considerar que dañar o amenazar con dañar a la mascota de la pareja puede formar parte de la violencia psíquica o coactiva en el ámbito de la violencia de género. Se interpreta que el agresor usa el maltrato animal como instrumento para atemorizar o someter a la víctima. Esto puede tipificarse como delito de malos tratos en concurso con amenazas o coacciones, agravando la responsabilidad penal. La reforma del Código Civil y la perspectiva de género reconocen el lazo afectivo que une a la víctima con el animal, por lo que atentar contra este puede ser un modo de violencia familiar.