fecha de respuesta: 16.12.2024
Los jueces evalúan el conjunto de impresiones de ambas marcas, teniendo en cuenta elementos denominativos, gráficos y fonéticos. Se valora si el público promedio podría confundirse o asociar el origen de los productos. Pueden aportarse encuestas de mercado, informes periciales sobre la similitud fonética o conceptual. Sin embargo, no son obligatorias: a veces el examen visual y fonético basta para concluir el parecido. También influyen factores como la notoriedad de la marca previa o la coincidencia en la misma clase de productos. Las encuestas suelen reforzar la prueba, pero su fiabilidad depende de la metodología.