fecha de respuesta: 07.11.2024
Cuando compras las acciones o participaciones, adquieres toda la sociedad, con sus activos y pasivos, heredando también posibles contingencias. Implica un cambio de titularidad de la empresa, pero los contratos se mantienen sin alteraciones formales. Si en cambio compras solo los activos (contratos, inventario, maquinaria), dejas fuera las deudas asociadas a la sociedad, pero puedes necesitar red formalización de nuevos contratos con clientes y proveedores. Además, la transmisión de licencias o permisos puede exigir trámites adicionales. Cada opción conlleva consecuencias fiscales y laborales diferentes, por eso se estudia cuidadosamente cuál encaja mejor en tu estrategia.