fecha de respuesta: 18.01.2025
La normativa autonómica y la ley marco de protección animal prohíben mantener a los animales permanentemente atados, pues supone privarlos de libertad de movimiento y crear estrés o sufrimiento. Permitir un amarre temporal y seguro puede ser tolerable en momentos puntuales, pero no como modo habitual de vida. Si se detecta que un perro vive así de forma continua, la autoridad puede sancionar al dueño por maltrato o condiciones inadecuadas. Se exige disponer de un recinto o perrera digna, con espacio y resguardo. A la larga, esa práctica está considerada un acto de crueldad.