fecha de respuesta: 18.01.2025
Tras la reforma de la LAU, el contrato de vivienda se prorroga obligatoriamente hasta 5 años (o 7 si el arrendador es persona jurídica), salvo que el inquilino comunique su voluntad de no renovar o se cumplan causas legales. Finalizado ese periodo, si no se pacta otra renovación, el casero puede negarse a prorrogar, siempre que haya preavisado al inquilino con antelación establecida (mínimo 4 meses). A partir de ese momento, no existe obligación de continuar salvo que se acordase lo contrario. Es importante comprobar si se firmó antes o después de la última reforma, pues cambian plazos.