fecha de respuesta: 31.10.2024
Ambas comparten la esencia: cesión de marca, know-how y asistencia. En restauración, el franquiciador aporta recetas, estándares de calidad alimentaria y manuales de cocina, con normativas de sanidad más estrictas. En retail, el foco está en el surtido de productos, la logística y la exhibición. Legalmente, siguen el mismo Real Decreto 201/2010 y las normas de información precontractual. Cada sector tiene sus peculiaridades: en hostelería, se exigen licencias sanitarias y un control de proveedores más específico. En retail, puede haber exclusividad en la venta de determinados artículos. El resto de requisitos (registro, cláusulas contractuales) no varían en exceso.