fecha de respuesta: 31.12.2024
Las redes sociales se han convertido en un canal de comunicación clave para deportistas y clubes. Muchos contratos incluyen cláusulas que regulan la conducta online, prohibiendo insultos, difusión de información confidencial o mensajes que dañen la imagen de la entidad. El reglamento disciplinario de algunas federaciones castiga declaraciones en redes que supongan deshonra para la competición o inciten a la violencia. Los clubs establecen protocolos para que el community manager gestione las cuentas oficiales y preserve la reputación. Un deportista que critique fuertemente a su club o cause conflictos en Twitter podría enfrentarse a sanciones internas (multas, suspensión), siempre que la cláusula no resulte abusiva y se respete la libertad de expresión. El equilibrio entre esa libertad y los intereses del club es delicado.