fecha de respuesta: 30.12.2024
La desobediencia punible requiere una resistencia clara y consciente a la orden legítima de la autoridad o sus agentes, generalmente grave o reiterada. El Código Penal distingue la desobediencia leve (sancionada administrativamente) de la grave, penada con prisión o multa, y la desobediencia a resoluciones judiciales (por ejemplo, el incumplimiento de una orden de alejamiento), que puede conllevar pena mayor. Negarse a identificarse al policía puede constituir desobediencia si se persiste tras los avisos, aunque a menudo se tramita como infracción administrativa. Las penas varían según la importancia del mandato incumplido y la reiteración.