fecha de respuesta: 13.11.2024
Normalmente, el contrato franquicia incluye una cláusula sobre la cesión o transmisión del negocio. Suelen requerir el consentimiento previo del franquiciador, que revisa el perfil del nuevo titular para garantizar solvencia y respeto del modelo. Sin esa autorización, la transmisión puede ser nula. A veces, el franquiciador se reserva un derecho de tanteo para readquirir la unidad. El objetivo es evitar la entrada de alguien que no comparta los valores o la solvencia necesaria. No obstante, en ciertos casos, la ley protege la sucesión forzosa (por fallecimiento) del heredero, aunque el franquiciador también puede exigir cumplir las condiciones.