fecha de respuesta: 24.11.2024
La exhibición de un precio equivale a una oferta, pero si es un error manifiesto (por ejemplo, un televisor de 1000€ etiquetado por 10€ por pura equivocación), la jurisprudencia admite que el comerciante puede negarse a venderlo a ese precio ridículamente bajo. La ley protege al consumidor de engaños, pero no ampara la buena fe de un error evidente. Aun así, el establecimiento debe corregir inmediatamente la etiqueta. Si el precio no es tan desorbitado y parece creíble, el consumidor podría exigir la venta al precio mostrado. En todo caso, la cuestión se dilucida valorando si es un mero error tipográfico y la razonabilidad de pensar que se trata de un verdadero precio de oferta.