fecha de respuesta: 21.12.2024
Si el equipo médico concluye que el tratamiento resulta fútil —es decir, no aporta beneficio real y prolonga el sufrimiento en fase terminal—, puede proponer la limitación del esfuerzo terapéutico. Sin embargo, se debe dialogar con el paciente o la familia (si el paciente no puede decidir) para explicar la decisión. El principio de autonomía coexiste con el de no maleficencia, de modo que no se mantiene un soporte vital que sea médicamente inútil. La ley ampara la suspensión de medidas desproporcionadas, con un adecuado acompañamiento paliativo. Si existe fuerte oposición de la familia, a veces se recurre a comités de ética o a un juez, pero generalmente se respalda la decisión clínica razonada.