fecha de respuesta: 31.12.2024
El arbitraje se presume confidencial: las partes y los árbitros no divulgan las actuaciones ni los documentos, salvo pacto en contrario o necesidad de ejecutar el laudo en tribunales. Algunas instituciones publican resúmenes o extractos anónimos con fines didácticos, pero no la versión íntegra si las partes no consienten. La confidencialidad evita que el litigio dañe la reputación de las partes o revele secretos comerciales. Sin embargo, cuando se recurre al TSJ en anulación o se ejecuta el laudo, parte de la información puede volverse pública en los autos judiciales. En general, es más discreto que un juicio ordinario.